Teología y cultura, año 18, vol. 23, número 2 (octubre 2021), pp. 195-212 ISSN 1668-6233
Merleau-Ponty reformula el tema de la comprensión histórica sobre las bases de la tradición fenomenológica e historicista, en conjunto con los aportes del marxismo y del estructuralismo. En su visión, el concepto de “constitución” (Stiftung) empleado por Husserl adquiere un nuevo significado como “institución”, bajo la idea de una reciprocidad en la transmisión de sentidos entre el yo y el mundo, como una Sinngebung “centrífuga y centrípeta”. De Husserl, rescata el concepto de “motivación” como alternativa a la causalidad mecanicista. En consonancia, la verdad histórica no es objetiva, sino fruto de la intersubjetividad originaria captada desde el “campo de presencia” del yo situado en su presente comunitario. Esta posición afín a Lévi-Strauss no contradice el carácter científico de los resultados del sociólogo o historiador, y el relativismo convive con la posición lógica universal del teórico. Finalmente, frente a la filosofía de la historia tradicional, Merleau-Ponty valoriza la praxis del sujeto como una libertad motivada y critica la libertad sartreana en la que el mundo opera como resistencia. De esta manera, la historia de los existentes humanos no es resultado directo de la decisión del yo y tampoco de la herencia o de un determinismo histórico.
Palabras clave: Historia. comprensión. institución. Merleau-Ponty. fenomenología.
Abstract: Merleau-Ponty reformulates historical understanding consistently with his own phenomenological and historicist tradition plus the input of marxism and structuralism. The adaptation of Husserl’s concept of „constitution“ (Stiftung) into that of „institution“ enhances the reciprocity of meaning between the self and the world, such as in a „centripetal and centrifugal“ Sinngebung. Despite this criticism towards Husserl, he recovers his notion of „motivation“ as an alternative to the mechanicist explanation of cause. In this manner, historical truth is not plain objective but intersubjective and it can only be obtained by the community-situated self’s „field of presence“, so it is still a phenomenological standpoint. Agreeing with Lévi-Strauss, this thought does not contradict the scientific result of the sociologist or historian, as this apparent relativism can coexist with the universal scientific view. Finally, Merleau-Ponty confronts the Philosophy of History to the motivated praxis of the human being, also in opposition to Sartre’s concept of freedom, according to which the self faces the world as a matter of resistance, instead of obtaining their true meaning from it. In consequence, the human making of history is not the total decision of the self, neither could it simply be explained by heritage or any historical determinism.