Teología y cultura, año 10, vol. 15 (octubre 2013), pp. 19-38 ISSN 1668-6233
En Temor y Temblor, a través del seudónimo de Johannes De Silentio y basándose en la historia bíblica del “sacrificio de Isaac,” Kierkegaard analiza la relación entre fe y ética. Según mi lectura de De Silentio, nos enfrentamos a diferentes demandas éticas que no pueden ser armonizadas y que exceden nuestra capacidad para responder. No nos realizamos por medio del cumplimiento de nuestras responsabilidades éticas, sino accediendo a la fe. La fe no elimina las demandas éticas. Implica lo que De Silentio llama una suspensión teleológica de lo ético y requiere un restablecimiento inmediato de la ética en su plena validez no subordinada a la fe. Aduciré que la comprensión de De Silentio de la fe no se puede confundir con fanatismo ni puede justificar el terrorismo y que implica un doble movimiento: en primer lugar, el movimiento de la resignación infinita, accesible a todos y todas, por el cual nos distanciamos del mundo y renunciamos a todo reclamo de propiedad sobre las cosas y las personas que amamos, y en segundo lugar, el movimiento iniciado por Dios por el cual las recibimos de vuelta como dones de Dios y nos volvemos capaces de vivir en este mundo con alegría.
Palabras clave: Fe, Ética, Amor, Abraham.
Abstract: In Fear and Trembling, through the pseudonym Johannes De Silentio and based on the biblical story of the “binding of Isaac,” Kierkegaard discusses the relation between faith and ethics. According to my reading of De Silentio, we are confronted by different ethical demands that cannot be harmonized and that exceed our capabilities to respond. We don’t fulfill ourselves by means of complying with our ethical responsibilities, but coming to faith. Faith does not abolish such ethical demands. Faith involves what De Silentio calls a teleological suspension of the ethical and requires an immediate reinstatement of the ethical not as subordinate to faith, but in its full and independent validity. I will argue that De Silentio’s understanding of faith cannot be confused with fanaticism nor justify terrorism and that it implies a double movement: first, the movement of infinite resignation, accessible to all, by which we distance ourselves from the world and give up the claim to possess the things and persons we love, and second, the movement initiated by God by which we receive those things and persons back as gifts of God and become capable of living in this world with joy.